No os quepa duda. Estamos inmersos en una guerra que no hemos empezado. Una guerra que no usa fusiles sino la propia economía para sumir a la población trabajadora, la única que aporta valor real, en el más absoluto terror. Es una guerra de las élites financieras y otras castas para lograr la anulación de clase trabajadora, para acabar con el concepto de ciudadanía e instaurar una nueva y perversa servidumbre.
Es una guerra sin cuartel y nos guste o no debemos luchar por nuestra pura supervivencia y los que vengan detrás.
Es una guerra de ellos contra nosotros. Quieren acabar con nosotros, anularnos completamente. Ellos han marcado su casta como intocable. Se creen intocables, se saben intocables pero ¿realmente son intocables?
No, no son intocables.
¡Ah! Y en la guerra que nos han declarado la Merkel al servicio de los bancos alemanes y sus lacayos politicastros, todo vale.
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