Admitir que tenemos un problema es el primer paso inevitable que tenemos que dar si queremos solucionarlo. Y luego de detectar un problema hay que actuar con cuidado y precaución; nunca arrastrados por la pasión del momento.
Pero a veces los problemas tienen muchas causas distintas, no sólo una. Negar alguna de las causas que influyen en el problema no nos ayudará a encontrar soluciones eficientes y efectivas.
Con frecuencia preferimos no ver algunas causas por temor a las posibles consecuencias que pueda haber, sin darnos cuenta que de esa forma sólo estamos, no sólo retrasando la solución, sino incluso agravando la situación.