19J, 15M, cifras, elecciones y falacias, todo se mezcla.
En estas fechas muchos medios al servicio de intereses políticos evidentes se lanzan al uso masivo de todas las falacias conocidas y algunas por conocer. Una de las que estamos viendo con cierta frecuencia es que una mayoría que vota tiene, por alguna razón, más razón que una minoría que se manifiesta.
En realidad estos mismos medios de comunicación llegan a otras conclusiones cuando las manifestaciones son acordes a sus ideas políticas, sociales o económicas. Pero centrémonos ¿son muchos pensando de una manera mejores que otros en menor cantidad pensando de otra?
Lo cierto es que no. El argumento falaz conocido como ad populum, es uno de los más conocidos de las falacias. La mayoría no puede equivocarse, pero si es fuera cierto no necesitaríamos constituciones o iría más lejos, declaraciones de los derechos humanos.
La mayoría no tiene porqué tener la razón, pero lo que es más, no tiene ni siquiera que haber una relación entre las premisas y las conclusiones. Las decenas de miles que se han manifestado puede que hayan votado, no a algunos partidos, pero es muy posible que estén dentro de esa gran cantidad de gente que vota.
Pero hay una sutil diferencia entre mayorías y minorías y es la calidad de los individuos que la componen. Y no digo que haya personas mejores que otras per se, pero sí que hay personas que están mejor informadas que otras. Es más, apostaría que la inmensa mayoría de las personas que vota a ciertos partidos lo hacen a ciegas, nutriéndose exclusivamente de información sesgada y no duda en protestar, eso sí, en el bar, de lo mal que lo hace, en definitiva, el sistema.También son anti sistema (como si ser eso fuera necesariamente malo), pero con la peculiaridad de formar voluntariamente parte de éste sin hacer nada más (y eso sí que creo que es malo).
A las pruebas me remito. No hay más que ver cómo la gente sigue votando y eligiendo por lo tanto a quienes les roban, mienten e insultan. Sí, me refiero a los corruptos o a los vendidos a ciertos lobbys que persiguen criminalizar el uso que muchos usuarios hacen de la tecnología, por poner sólo dos ejemplos, pero hay más.
Lo cierto es que la democracia no funciona bien si los ciudadanos no son libres para elegir en libertad. Ahora son libres pare elegir, pero no libres para elegir en libertad. Si los ciudadanos no cuenta con la información, interés y medios para ser críticos, si no pueden o quieren acceder a información contrastada, si no cuestionan las versiones oficiales y sobre todo, tienen miedo del mal mayor, no se puede ser realmente libre.
Así que sí, mucha gente vota y hace que el sistema, como si este fuera el fin y no el medio, siga rodando, mal, pero rodando. Pero eso no es representativo, ni siquiera es bueno.
Cuando algunas decenas de miles, e incluso aunque sólo fuera un puñado de personas se informa, y en el ejercicio de la libertad de esta información actúa de forma crítica, responsable y coherente, estamos ante un fenómeno que no se puede soslayar. Algo ha cambiado y tiene mucho valor. No por las cifras, sino por la verdad y la convicción que tras de ellos se encuentra.
Espero que los millones de personas que votan por votar a los de siempre para que no ganen los «otros», empiecen a despertar del largo letargo al que por tantos medios han sido sometidos en aras del mantenimiento de una élite nauseabunda aferrada al poder como parásitos.