La semana pasada saltó a las portadas que Sony había eliminado un vídeo del canal oficial en Youtube de Beyoncé (aunque parece que el vídeo ya es accesible de nuevo incluso desde el canal «pirata»).
Bien, lo cierto es que seguramente Sony está en todo su derecho porque de hecho, la ley, la del copyright le da la razón pero ¿es coherente la postura de Sony incluso aunque a priori pueda tener razón?
Honestamente, creo que no. Creo que esto no es más que una muestra más de la arbitrariedad y la peligrosa deriva de un sector de intermediarios del entretenimiento incapaces de ver más allá de sus analógicos despachos, sus analógicos y abultados sueldos y sus analógicas y cortas narices.
Sony haría mejor en despedir a unos cuantos asesores y empezar a pensar con eso que tenemos encima del cuello, la cabeza, en lugar de valorar las cosas al cortoplacista interés de unos cuantos accionistas con la mente lastrada por anclas del siglo XX… o XIX.
También está el peligro de confiar demasiado en que podamos acceder a ciertos contenidos en la nube permanentemente y no estemos sometidos al capricho de unos gestores y unas leyes que impiden el normal manejo de los fans de aquellos contenidos que les gustan.
Sí, a veces tenemos leyes que parecen dictadas por locos y locos haciendo leyes contra los autores y a favor de modelos de negocio basados en el anacrónico concepto analógico de la equívocamente llamada propiedad intelectual.
La cuestión es «propiedad intelectual» vs «derechos de autores» y ¿quiénes son los auténticos piratas aquí?