Tarde o temprano vamos a tener que volver a recuperar los derechos y libertades que nos están robando. Vivimos en un engaño, en un espejismo que defendemos con uñas y dientes como si fuera real. Pero vivimos en un engaño, en un marco de sociedad ficticio que cual matrix nos envuelve e impregna.
Y ese marco, esa mentira que creemos o queremos creer está diseñado para robar todo lo que somos, y ahora lo que podemos llegar a ser.
Tarde o temprano tendremos que volver a reclamar lo que es nuestro, aunque sólo sea por dignidad, por respeto a nosotros mismos y sobre todo por nuestros hijos y los hijos de los demás. Ese día será el de «no more mr. nice guy» como dicen en una película.
La recuperación de nuestros derechos no va a ser algo bonito, ni dulce, ni tranquilo, y por desgracia ni pacífico. Pero eso es así porque los que nos están robando no atienden a más razón que su propia codicia y ansia de poder.
El día que empecemos a recuperar lo que es nuestro empezará cuando seamos conscientes de esta realidad.
Pedir los derechos adquiridos hace años empieza por impedir que nos quiten lo que ganamos ayer.