De nuevo soplan vientos contrarios a la evolución digital. Ciertos grupos de presión encuentran terreno abonado en la denostada casta gobernante y se alían para impulsar nuevas medidas draconianas contra toda evidencia científica.
Lo cierto es que el daño ya está hecho. Internet ya no será lo que pudo haber sido, y puede que finalmente se convierta en un triste páramo, o al contrario, se reinvente y sea la herramienta definitiva para cambiar las cosas de este triste mundo.
En relación a los contenidos digitales y la forma en que la gente lo comparte vamos a repetir lo mismo: No son las leyes que prohíben la copia y criminalizan a los usuarios las que van a salvar a unas industrias enrocadas con obstinación en los modelos de negocio del siglo XIX, sino la evolución de éstas para adaptarse a la ventaja de copia que ofrece el contenido digital o digitalizado.
Que sí, que la industria del entretenimiento está en plena transformación y los ingresos aparecen en otra medida y otros lugares y compañías que han visto el potencial en la capacidad de copia en lugar de obstinarse en hacer una y otra vez lo mismo.
Toda animadversión a lo digital, el fracaso que supone el no comprenderlo y asimilarlo, sólo redunda en un deterioro de la sociedad por un lado y la concentración de poder de negocio en manos de otros grandes jugadores que ni se inmutan o más bien se aprovechan. Y entre medio gente como yo, coleccionistas, grandes potenciales compradores totalmente decepcionados y decididos a no seguirles el juego y comprar sus productos, pues toda financiación que reciban va encaminada a denunciar y atacar a conciudadanos que sí comprenden que lo inmaterial se copia sí o sí y que el negocio está en otros lados (no en la venta de copias sin valor añadido alguno) como ya están muchos otros demostrando.
Pero no sólo que no compramos ya sus contenidos, ni ganas, si no que además nos vamos a ir volcando en esos otros creadores que no tienen problema con que se copien sus contenidos, que quieren que se copien sus contenidos, que de eso hacen su negocio y forma de vida. Toda mi energía está encaminada en lograr los marcos tecnológicos y teóricos que garanticen el futuro y seguro éxito de estas empresas. Las demás ya están condenado a fracasas, desaparecer y ser olvidadas. Tiempo al tiempo.