Una de las imágenes que mejor ejemplifican la situación actual es la de millones de personas desempleadas que podrían ofrecer bienes y servicios en claro contraste con millones de personas demandando bienes y servicios que no son ofrecidos por la falta de dinero disponible para esos intercambios. ¿No resulta algo extraño que esto se pueda producir?
¿Por qué motivo hemos erigido al dinero como condicionante primero para poder actuar socialmente? ¿Está el concepto actual de dinero a la altura de las expectativas? ¿Es su definición actual correcta, o incluso… posible?
Pocos nos cuestionamos la esencia misma del dinero, pero una vez se analiza con frialdad la conclusión sólo puede ser una: El dinero tal y como está actualmente diseñado no sólo no funciona, sino que es una de las causas fundamentales de avanzar hacia un futuro oscuro que no evitaremos a no ser que hagamos algo y tomemos medidas radicales. Y lo que tenemos que hacer es pensar con audacia, y hacerlo fuera de la marea de la costumbre.
El dinero como engranaje o facilitador social
El dinero se originó con la idea de evitar algunas de las muchas desventajas del trueque, y si bien no siempre ha sido como lo es actualmente, de forma muy simplificada podemos decir que lo que hemos hecho ha sido usar primero como dinero algunos materiales a los que les atribuíamos valor, para luego, por ende, y actualmente, conferir valor a algo que a la hora de la verdad no lo tiene.
Si nos paramos a analizarlo, creemos que el dinero tiene valor porque es de obligada aceptación en una determinada nación. Si la nación desaparece, desaparece un valor que no deja de ser algo simplemente basado en la fe. Nuestra mente se siente más cómoda pensando que el dinero tiene valor por si mismo por lo tanto se convierte en un artículo por si mismo, algo con lo que es “lógico” o de “sentido común”, comerciar. El dinero, de hecho, parece ser el fin último. Al tiempo que también, paradógicamente, es el medio.
Si algo tiene que medir, igualmente tiene que excluir otros propósitos.
Pero la principal consideración con la que nos tenemos que quedar es con una de las tres principales funciones que se le asignan al dinero y que, aunque no lo creamos a primera vista, excluye las otras dos. El dinero debe medir valor siendo ésta la función básica más importante y la única que se puede estandarizar.
Si la moneda cambia de valor ya no puede medir ni puede ser un estándar; y al no ser acotable se incluye un factor de inestabilidad que hace que cualquier obra que se construya a su alrededor tiende hacia el fracaso.
Es cuando el dinero se considera un bien escaso y su valor cambia en virtud a su relativa escasez que su valor se vuelve inestable ya que su valor aumenta de forma no acotada en función a su acaparamiento.
Es más, la percepción que tenemos de la moneda como objeto de valor no es sino una reminiscencia ancestral del trueque mencionado más arriba; algo con el que nuestra mente se siente más cómoda. Sin embargo si entendemos que el concepto dinero se inventó para superar los límites físicos del trueque, debemos, en consecuencia superar esta percepción y concluir que el dinero, para ser tal y ser útil, debe inevitablemente de carecer de valor por si mismo y ser un mero apunte de la medición del valor de los bienes y servicios que se tramitan.
El salto de entender el dinero como elemento de trueque a apunte de valor es inmenso y supone un antes y un después para quien lo asume.
Se pueden poner muchos ejemplos, pero los más claros vienen al analizar la función de medida del metro. Un metro no cumple su función de medir si su longitud varía con el tiempo o según en qué país estemos. Tampoco tiene sentido limitar la cantidad de metros que se pueden medir en función de algún criterio arbitrario. Una vez alguien tiene algo que medir, no se le puede decir que sólo puede medir los cinco, diez o cien primeros metros y que ante la imposibilidad de medir la distancia entre dos pueblos, por ejemplo, no puede viajar de uno de ellos a otro.
O la puntuación en un partido. Nos parecería descabellado que un equipo diera goles marcados por él a otro y que el otro gane el partido. Sin embargo esos goles miden el rendimiento del equipo, el “valor”. Por tanto tampoco debería tener sentido comprar y vender el dinero ya que como medida de valor debe representar nuestras puntuaciones objetivas.
Y eso es conveniente sólo cuando se puede especular con el dinero, donde el dinero puede crecer sin más y aportar valor por si mismo. La realidad es bien distinta. Todo valor inherente del dinero es una ilusión que nos hemos creído todos durante demasiado tiempo.
Si la base para medir es errónea tenemos distorsión del resultado
Nuestra sociedad se cimienta, o mejor dicho, se construye, sobre terrenos cenagosos. La consecuencia inevitable es que cualquier construcción que se haga sobre este terreno, sea bonita, grande, pequeña o miserable, será dañada e incluso destruida por su base errónea. El dinero actual representa ese terreno cenagoso e inestable. Todo lo que se mide puede tener un valor distinto al día siguiente por aquello con lo que se mide, no por el objeto o servicio en si. Tal es la inestabilidad del patrón de medida que éste afecta al propio diseño de la solución social, siendo esta construcción una pura distorsión de lo que sería con una base estable.
BIBOCurrency como dinero estable, real, no escaso y accesible en todo el mundo
Desempleo, esclavitud, o sumisión a las élites financieras son sólo algunos de los muchos peligros a los que se enfrenta la humanidad. El uso exclusivo de un dinero erróneamente diseñado y mundialmente aceptado avoca a una nueva forma de gobierno de los financieramente acaparadores a la generalidad del resto de humanos.
A lo largo de las últimas décadas la realidad señalada ha sido manifiesta para no pocos expertos en cuestiones monetarias y economistas habiéndose propuesto sistemas alternativos que intentan paliar el efecto nocivo de las divisas llamemos convencionales. No obstante en todas estas implementaciones se ha tendido a incidir sobre alguno de los aspectos concretos del diseño defectuoso creando en consecuencia monedas deflacionarias, que pierden “valor” con el tiempo, o no controladas por bancos centrales, pero especulativas que emulan metales preciosos basadas en la tecnología criptográfica, etc. En todas estas propuestas, casi inevitablemente se sigue atribuyendo valor a la moneda en si, aunque sea un valor decreciente situando, de nuevo, la existencia de la moneda como condición previa al intercambio; cosa que hemos demostrado carente de todo sentido. Esta consideración especulativa, de escasez, afecta a la forma en la que se pueden dar los intercambios, estando supeditados, de nuevo, a un diseño defectoso de base.
BIBOCurrency es la primera especificación técnica estándar de divisa que cualquier moneda puede asumir para que el registro de la medición del valor de los bienes y servicio de las transacciones sea generado en el momento de la misma, no antes. Es una divisa perfectamente agnóstica y es independiente del gobierno de los usos sociales que se quieran dar. Esta divisa cumple con los principios de estabilidad de la ingeniería de control, introduciendo principios matemáticos de control y estabilidad en las transacciones. Es una herramienta fundamental, no centralizada, que aporta liquidez a cualquier persona con capacidad de acción, pensamiento y/o patrimonio.
La especificación BIBO es el resultado de una racionalización formal (única) de la función genérica de cualquier divisa según la matemática de estabilidad:
1.El dinero es la salida de un sistema que se puede representar mediante procesos «Discretos Lineales Invariantes (LTI)» * y por tanto su estabilidad se puede afirmar mediante el criterio denominado «BIBO» (Bounded Input Bounded Output) Entrada Acotada Salida Acotada.
2.El dinero tiene la función de medir por lo que no sólo debe ser BIBO estable sino debe ser Pasiva** también.
3. El dinero no puede ser a la vez una unidad de medida y un bien escaso, ya que estas definiciones son lógicamente mutuamente exclusivas. Lógicamente, el dinero no puede ser escaso ya que no es nada más que la medida de transacciones realizadas.
4. No hay necesidad que el dinero sea un objeto físico ya que es un ente lógico cuya única función racional, es de medir y registrar valor.
5. Según el Teorema de Estabilidad de la Unidad de Divisa y para la estabilidad de la divisa como medida es suficiente:
Todas las unidades surgen de transacciones de bienes y servicios.
Todas las transacciones son procesos BIBO Pasivas
6. No se precisa la «circulación» previa del dinero como requisito para la realización de transacciones ya que el dinero no es requisito de la transacción,sino es un resultado o producto posterior a la transacción.
7. La estabilidad del dinero no tiene que ver con que si se puede o no se puede pagar deudas (morosidad), sino tiene que ver con las reglas que rigen las operaciones de préstamo o endeudamiento. Por ejemplo el crecimiento no acotado de la deuda en función del tiempo. Otro ejemplo es el aumento de valor de la unidad (obligatoria) en función de su inaccesibilidad o escasez, ya que una retirada de circulación de unidades escasas haría que el valor económico de la unidad aumentase en función de su relativa escasez y de forma no acotada. Por lo que el valor del dinero no debe estar sujeto a leyes de oferta y demanda, porque no es una provisión, sino una definición lógica.
8. La circulación del soporte (moneda) de un asiento contable no altera la localidad y la relación de valor con el correspondiente bien/servicio cuyo valor mide, y si lo alterara entonces la medición original quedaría alterada.
9. El agente que implementa un sistema de dinero, p.ej.público versus privado es irrelevante a la confiabilidad de su mecanismo de funcionamiento, cosa que depende de su definición lógica y matemática y correspondiente cumplimiento práctica.
*Discreto quiere decir que el soporte de la función matemática que describe el comportamiento de un sistema es discreto y no continuo, i.e. sólo se conoce el valor de la misma en determinados instantes de tiempo, lineal quiere decir que si f(a)=A y f(b)=B entonces f(n x a+ m x b)=n xA+m x B e Invariante quiere decir que el resultado de la función es independiente de cuando se implementa.
**Pasiva, quiere decir que la salida es menor o igual a la entrada.
Con BIBOCurrency el valor real siempre se ubica en los bienes y servicios y nunca en el dinero siendo éste una mera anotación de valor de los servicios o bienes que se intercambian, haciendo que la acumulación del dinero ya no sea un requisito sine-qua-non para los intercambios pues se genera como apunte a posteriori de la tramitación del intercambio; dando la capacidad de representar de manera independiente el valor de cada uno sin trabas o impedimentos arbitrarios.
Este estándar de dinero es fundamental no sólo por romper con la definición actual clásica y errónea de dinero, sino para permitir a todas las personas representar su valor en la sociedad y actuar por lo tanto fuera del yugo que el dinero inestable impone a la inmensa mayoría de los humanos.
Por Mario Pena revisado por Marc Gauvín
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