Frente a frente al borde de un mismo abismo

Ahora que ya han pasado las elecciones generales y el Partido Popular ha logrado la mayoría absoluta, voy a contaros sobre mi reciente experiencia en el Pintxos & Blogs especial elecciones del pasado viernes: http://www.pintxosandblogs.com/

Lo cierto es que fue un evento muy interesante en el cual varios ciudadanos, sin prensa, pudimos hablar directamente con candidatos al Congreso de los Diputados o Senado de algunos de los principales partidos que se presentaban. Voy a contar las impresiones que me mereció cada uno de los políticos, y las ideas generales que comentaron:

-Izaskun Fernández, candidata al senado por UPyD: Empiezo por ella porque de los que hablaron es de las que, lamento decirlo, menos me impresionó. Lo cierto es que algunas de las ideas de su programa parecían interesantes y con las que podría congeniar, pero otras sinceramente no. No voy a entrar en analizar las propuestas, no tiene mucho sentido ahora, pero sí a valorar varios aspectos clave de sus intervenciones. Cometió, a mi juicio, varios errores importantes. Lo primero fue que no estaba bien preparada. No conocía algunos de los entresijos básicos de la política, la diferencia entre competencias o gestión de éstas, y le llamaron la atención. También se señaló ciertas contradicciones en su programa político e historial de la líder. El problema no es en realidad equivocarse o recibir críticas, el problema es no estar preparado para éstas y reaccionar adecuadamente. Es más, el segundo problema que le noté a Izaskun es que leía sus respuestas del programa, de forma que todo quedaba muy articial y poco convincente. En resumen, muy poco impresionante, una sensación muy débil, de evidente, y tal vez imperdonable, poca preparación para el cargo al que aspiraba.

– Pilar García, cabeza de lista de Equo por Guipúzcoa: Bien, sería lógico pensar que me sentiría muy identificado con Equo y lo cierto es que comparto con convicción no pocas de sus bases ideológicas y forma de organización. No obstante me sorprendí bastante de que al final me encontrarar rechazando la opción de apoyar a su partido. Entiendo mejor que muchos la importancia del medio ambiente, pero lo cierto es que muchas veces no se mide con criterio científico la defensa de éste. La palabra «ecología» es muy poco comprendida y peor usada en nuestros días. Es frecuente encontrarse propuestas reaccionarias que resultan a la postre peor para nuesto medio ambiente de lo que los mismos que las proponen creen. Es decir, muchas veces se recurre al todo vale por salvar la Tierra (aunque la Tierra no esté en peligro, sino la humanidad en si; interconectada a su medio ambiente), aunque las soluciones que propongan sean peor en términos energéticos, sociales, biológicos, etc, que el hipotético problema que pretenden evitar. Por poner un ejemplo me sorprendió la poco madura oposición que Pilar García mostró hacia al AVE en el País Vasco, rechazando toda la evidencia que lo apoya. Y no digo que no esté en su derecho de no estar de acuerdo, pero decir que pese a cualquier evidencia simplemente dicen que no porque sí, no es una buena postura, ni muestra seriedad alguna, ni mucho menos criterio científico. Yo confieso que estoy muy de acuerdo con el tren de alta velocidad aunque mis motivos personales sean los de no arriesgar la vida durante horas eternas lejos de mi hogar cada vez que tengo que hacer el más mínimo de los desplazamientos que por trabajo tengo que hacer a Madrid, Barcelona o Zaragoza. Además tengo muy en cuenta los criterios energéticos objetivos que apoyan el uso del AVE en esta zona. Ahora bien, independientemente de todo esto, Pilar García no mostró seguridad ni convicción en sus argumentos. Titubeaba, dudaba y en varios casos las soluciones que proponía eran muy parciales e incluso cosméticas, no demasiado realistas, como  proponer salir de la crisis eliminando el ejército, y daba la sensación, en su inseguridad, de sumarse a las ideas que otros decían, como lo de salir de la crisis modificando la política fiscal luchando contra el fraude y la economía sumergida.

– Xabier Mikel Errekondo tercero por la lista de Amaiur: Lo primero y más importante es dejar claro que soy humanista, por lo tanto no creo en los nacionalismos, los de ninguna clase. Pelear, odiar, dedicar la vida y esencia de cada uno por el accidente totalmente aleatorio por haber nacido en un pedazo de tierra concreto siempre se me ha antojado algo totalmente absurdo. Que quede claro que me gusta esta tierra y sus gentes como al que más, de hecho puede que mucho más que algunos que se creen muy patriotas. He recorrido los montes que nos rodean, he aspirado la esencia del País Vasco y adoro lo que me rodea. Pero eso no hace que seamos menos irrelevantes en el conjunto del Universo o minimiza nuestra debida dedicación a cualquier otro ciudadano del mundo. Sé que no voy a convencer a nadie, así que seguiré con la intervención de Xabier que me resultó en ciertos puntos enojosa. Tal vez sea su forma de hablar, pero es que es un rasgo muy común en gente que me he encontrado a lo largo de los años y que se siente fuertemente inclinada al independentismo vasco. Su entonación era displicente. Comunicaba, tal vez sin querer o sin intención, rabia hacia los demás que no pensaran como él. No digo que así fuera, pero era lo que comunicaba tal vez involuntariamente. Ni que decir tiene que, como he dicho, no comparto sus ideas en absoluto, pero hay algo que me dio especialmente rabia, y que cada  uno piense lo que quiera. Hice una pregunta sobre el abismo que se abre entre ciudadanos, especialmente jóvenes, y políticos a sueldo de lobbys. Como antes se había hablado de la «normalización» del euskera, y se afirmó que estaba bastante normalizado, Xabier se mostró contrariado y al responder a mi pregunta lo hizo en euskera. Yo he estudiado euskera y entiendo bastante, pero ha sido precisamente mi reacción a la imposición lingüística la que me ha forzado a no practicarlo, a no hablarlo y a encontrar trabajo en proyectos internacionales, y tenía la esperanza de que eso fuera a cambiar ahora, pero actitudes como la de Xabier Mikel me confirman en la peor de mis suposiciones. Lo cierto es que su reacción fue, en mi humilde opinión, como la clásica respuesta infantil de «pues ahora me enfado y no respiro». Pero lo más grave es que fue una falta de respeto, hacia los no pocos asistentes que no hablaban o entendía euskera. Ahí el moderador, que en líneas generales lo ha hecho muy bien, honestamente, debería haber hecho algo. Y eso muestra una incómoda realidad, el miedo a alzar la voz por lo políticamente correcto. Creo que es triste. Cuando se llega a un contrato social, aunque sea uno pequeño como el de aquella reunión en la que todos nos podíamos entender en español y se rompe por hacer una declaración no sólo no se defiende nada, sino que se usa el lenguaje precisamente como se ha hecho durante años con nefastas consecuencias a largo plazo, como arma arrojadiza, y eso es profundamente negativo. Es por eso que no creo en el euskera como lenguaje para el futuro. Pero voy a poner un ejemplo de educación y pensar en los demás antes que en uno mismo o su ideología; cuando en reuniones internacionales estoy en un grupo con digamos 5 ó 6 españoles y viene alguien que sólo hablaba inglés y chapurrea un par de palabras en español, todos pasábamos a hablar en inglés. Simple educación, simple empatía, simple uso cabal del lenguaje como herramienta para entenderse. Y esa empatía que falta, esa displicencia que parecía emanar hace que Amaiur me acabe pareciendo simple y llanamente más de lo mismo. Mucho tendrán que cambiar para que pueda pensar de otra manera.

– Odon Elorza, cabeza de lista por Guipúzcoa para el congreso: La verdad es que ya empezamos a las intervenciones que me gustaron algo, al menos que mostraron cierta experiencia y mejor hacer que los anteriores. En este caso el ex-alcalde del PSOE. Quepa decir que formo parte del movimiento #nolesvotes que incluye, por supuesto no votar al PSOE. No obstante Odón demostró mucho conocimiento del medio, demostrando que la experiencia es un grado. Hablaba con convicción, con datos y con firmeza. Estaba, en definitiva, mucho mejor preparado que los ponentes de Equo y UPyD. Al mismo tiempo le censuro que en algunos momentos perdió los papeles y se mostró hosco con la audiencia, la moderación y sus compañeros. Hay algo que no me gustó nada y es algo que he visto en varias ocasiones, al hablar no mira a los ojos a la gente, al público. Esto es un error, una manía muy frecuente en España. Mi recomendación es mirar a la gente, pues al no hacerlo el lenguaje corporal transmite un mensaje que induce a pensar que no está diciendo la verdad. Y puede que así sea, porque lo que decía del programa del PSOE tenía mucho sentido y sé que en cierto modo Odón es una voz discrepante en el partido, pero no podía dejar de preguntarme cómo era que esas medidas que proponían ahora no se habían puesto en marcha cuando pudieron hacerlo, de ocho años a esta parte. Nos hemos equivocado, entonaba Elorza, pero yo más bien creo que pudieron hacerlo y no quisieron. Ahí es donde se rompe el encantamiento y es que la verdad es obstinada y pertinaz por naturaleza. Repito, me gustó su intervención en cuanto a datos y firmeza, pero las acciones de su partido me temo que no le acompañan en sus palabras o intención.

– Juana Bengoechea, segunda por el PP: Les recuerdo que pertenezo a #nolesvotes, soy humanista y tirando a izquierdas. Rayos, soy más bien anarcopacifista y ateo, y digo esto por clasificarme de alguna manera aunque no me gustan las clasificaciones y no me ajusto a los perfiles bien. Me cuesta mucho decir que fué la intervención de Juana, sí del PP, la que más me gustó, aunque no estuvo exenta de controversia y cuestiones con las que no estaba de acuerdo. Lo primero decir que demostró un gran conocimiento del medio, extraordinario. Hablaba muy bien, claro y con datos contundentes. Es historiadora y la verdad es que eso se nota y mucho a la hora de poner las cosas en perspectiva, aportar soluciones y desmontar algunas falacias que se intentaron colar por parte de algún otro representante de partido político que no voy a mencionar ahora porque no vale la pena. Además fue la única que fue capaz de responder a la pregunta que hice yo como un ser humano, no como político, resultado que buscaba y me demostró que hay personas detrás de la fachada de político con las que se puede hablar. Se estrechaba el abismo hasta que luego, como comentaré, se volvió a abrir. El caso es que en su respuesta fue sincera, o al menos eso creo, al afirmar que estaba muy preocupada por la catársis a la que nos acercamos con este distanciamiento entre ciudadanos (cuando hablo de ciudadanos no me refiero a masa aborregada, sino a gente con criterio) y políticos. Y creo que fue sincera al decir que no sabía que hacer para solucionarlo y estaba muy preocupada. Una pista, eso mismo, hablar como una persona ayuda. Lo malo es que, al igual que ocurría con Odón, el partido, el PP, no le acompañaba en sus esfuerzos. Y la discrepancia llego y el abismo se ensanchó cuando salió el tema de los matrimonios homosexuales. Ella defendía que el PP sólo tiene un problema de «nombre» cuando todos sabemos, como dijo  una chica del público, que el problema no es el «nombre» (yo propuse llamar heteromonio y homomonio a las dos posibles uniones), sino la repugnancia oficial de ciertos líderes del PP a que los homosexuales se casen y puedan adoptar, y eso confirmaba lo que decíamos de la distancia entre políticos y ciudadanos; sabemos que piensan una cosa y dicen otra. Sabemos que mienten y hasta ahora eso colaba, porque no había otra opción, pero ya no. Ahora tendemos a llamar a las cosas por su nombre. Por cierto que ahí dije algo en lo que creo firmente, la constitución se puede cambiar para solventar el accidente que causó la terminología de «matrimonio», pero que en esencia el problema es que por un lado la constitución se la saltan a la torera o la modifican cuando les interesa, pero que aquí de lo que hablamos es del espíritu de la ley/constitución, no de la letra. La literalidad no es lo que los jueces deben interpretar o ¿acaso cuando vemos un cartel de prohibido perros en un sitio significa que podemos entrar con gatos… o escorpiones? No, la evidencia del engaño y la falsedad es demasiado grande para ignorar… por no hablar del temor a los recortes y privatizaciones a los que nos tienen acostumbrados en su partido. Y menos mal que no salió el tema de las corruptelas de los partidos mayoritarios…

– Joseba Agirretxea, diputado por PNV en el parlamento por Guipúzcoa: Lo dejo para el final porque realmente reflexionando sobre un par de cosas que dijo, creo que merece una crítica importante. Lo primero es que me disculpe si pongo Guipúzcoa en lugar de Gipuzkoa; porque que eso sea tema de debate y controversia sólo me muestra lo que comentaba anteriormente, lo estúpidos que podemos llegar a ser los seres humanos en nuestra estelar insignificancia. Cuántos recursos, cuántas ocasiones perdidas para trabajar en lugar de jugar a niños enfadados. En fin, cada uno con sus prioridades, pero cuando un lenguaje deja de ser fundamentalmente para entenderse y se convierte en obstáculo para el entendimiento es que algo estamos haciendo muy mal. En fin, anéctodas aparte, pues para mi eso son, quiero comentar que le detecté a Joseba en dos falacias clásicas. La primera fue en la respuesta a la pregunta que planteé: Comentó que si la solución del 15M, indignación en general, y gente de #nolesvotes, era quitar la política, que así no se solucionaba nada. Nunca, de hecho, se ha propuesto eso. Esa es la clásica falacia del «hombre de paja» de poner en boca del opuesto palabras que no ha dicho o que como poco están muy matizadas. Es más, el 15M, etc. lo que proponen es una regeneración democrática de la política. Pero en realidad yo no hablaba de esos movimientos sino como síntomas del hecho mayor de una sociedad, principalmente los jóvenes, cada vez más desafectos de las formas y costumbre de una casta política enrocada en sus posiciones. Y lo digo porque me preocupa, porque de no hacerse algo con urgencia al final mucha más gente se dará cuenta que todo está en manos de ingenieros financieros que crean gobiernos para su uso y disfrute en sus sueños especulativo. Finalmente la única respuesta posible será revolucionaria y me temo que violenta. La segunda falacia fue de reducción al absurdo. A la pregunta que hizo alguien del público sobre la conveniencia o moralidad (término que tal vez no sea el mejor en este caso) de los privilegios vitalicios o en sueldos de los políticos Joseba sentención que eliminar eso era el «chocolate del loro«, sin darse cuenta que la cuestión no es de «cantidad», no esperamos que eso solucione la «crisis», o mejor dicho robo de los grandes bancos a la sociedad, no somos tan ingenuos, sino de «calidad», por el ejemplo y precedente que supondría para con los ciudadanos a los que se les pide sin rubor que cedan sin rechistar sus dineros y derechos en favor de la oligarquía especulativo-financiera. Señores, se ha hecho tan evidente el doble discurso político que exige sacrificios de los demás sin aplicarlos a ellos mismos, que pierden cualquier mínima legitimidad para exigirlos. Luego que no se sorprendan cuando los ciudadanos se enfrenten porque es así mismo como ellos ensanchan el abismo y hacen los precipios, de los que podemos caer todos, más altos.

 

Conclusión: Un evento muy interesante por lo sorprendente de las sensaciones que transmitieron unos y otros. Aquellos que me inspiran mayor desconfianza lo hicieron mejor, los que deberían ser más afines a como soy yo demostraron inmadurez y poca preparación. En general no me creí a ninguno porque son incoherentes entre el discurso y los hechos. Y todos, todos, pertenecen a una máquina que no se detiene por engranajes que giren de forma distinta a la establecida.

Mientras volvía en coche no dejaba de ver la situación general que vivimos con la imagen de dos precipicios muy altos enfrentados el uno al otro, en un lado los ciudadanos, en otro la casta política más recalcitrante. El fondo no se ve apenas por causa de la nieba. El viento sopla y amenaza con tirar del precipicio al interior del abismo a unos y a otros mientras éste se hace cada vez más ancho y la altura de los precipios no deja de crecer, o es tal vez el fondo el que no deja de hundirse.

 

 

 

 

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