Uno puede pensar que en el siglo XXI, en una economía global, o que se pretenden global para las personas, algunas cosas, digamos, importantes, deberían funcionar mejor.
He aquí un ejemplo de cómo funciona, en un caso real, las aduanas de España para comprar un artículo de poco más de 200 euros en Japón. Un artículo perfectamente legal que ya no se vende en Europa, un brazalete de reloj. Nada más. Nada menos.
Mirad las fecha. Del precio que tuve que pagar por la maravillosa gestión de Aduanas de España mejor ni hablamos.

El artículo lo pedí a Japón el día 3 de Diciembre y ese mismo día, contando la diferencia horaria, ya estaba en España. Pero eso fue sólo el principio de un artificial e innecesario ridículo pequeño calvario. Sólo 23 días después lo recibimos finalmente.
Un simple ejemplo de porqué España es un país muy retrasado en muchos aspectos.
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