De los errores intento aprender, y si reconozco los aciertos los puedo intentar repetir. Si sólo nos centramos en los errores y negamos cualquier acierto, es posible, sólo posible que no sepamos qué cojones hacer en el futuro cuando se repita el escenario. En pocas palabras, el que sólo sabe odiar, no puede construir.