El último comunicado de ETA (Energúmenos Terroristas ASesinos) me ha dado mucho que pensar. Desde que ayer leyera en Meneame sobre las intenciones del comunicado y ante la perplejidad que hemos sentido y seguimos sintiendo todos, hoy yendo al trabajo he comprendido el fondo del comunicado, o mejor dicho, la justificación de éste.

La banda asesina no está usando el orweliando concepto de doblepensar (decir una cosa y hacer otra ignorando el hecho de que entre el hecho y la acción hay una contradicción) sino que basa su comunicado en un concepto que yo no había comprendido hasta hace unas horas (igual soy tonto pero por si acaso lo expongo por si alguien ha tenido mis mismas dudas)… El atentado y asesinato de dos personas en Barajas no es por la reivindicación del derecho a la autodeterminación (esto último es un eufemismo de obligación a aceptar la indepencia-como si tal cosa fuera posible en un mundo cada vez más globalizado), sino un atentado porque el gobierno no ha aplicado unos supuestos compromisos.

Es decir, la banda asesina no ha roto el alto el fuego según su particular punto de vista, porque no ha sido un atentado de su campaña por la «autodeterminación» (notesen las comillas), sino que ha iniciado una campaña nueva enmarcada en las negociaciones que se llevaron en su día con el gobierno. Estamos ante un inicio de una nueva batería de atentados con un fin distinto de los atentados cuyo «alto el fuego» mantienen.

Esta es una manera en principio muy hipócrita de entender las cosas, pero si hacemos un análisis y si tenemos en cuenta que por muy asesinos y terroristas que sean, del todo tontos no son, deducimos que están hablando en una terminología que no podemos comprender de primeras. El que mata más fácil miente, pero en este caso aplican su lógica contra toda lógica. Si se adquieren compromisos en una negociación y no se cumplen, ¿qué hacemos? Pues atentar, que al fin y al cabo es lo único que sabemos hacer.

¿Y cuales son esos supuestos compromisos? Es muy posible que ni siquiera existan o debatir este tema es entrar dentro de la más pura especulación y lleva a un camino sin salida. De haber compromisos yo creo que algunos serían el acercamiento de presos a cárceles del País Vasco y que se crearan garantías de que Herri Batasuna (no vamos a entrar en el nombre real, son siempre lo mismo y así nos entendemos todos) pueda participar en las próximas elecciones. No obstante, nunca hay que dar demasiado crédito a gente que es capaz de matar, porque el tema de argumentar y discutir está muy lejos de sus capacidades reales. Estoy bastante seguro de que también se han exigido compromisos a la banda terrorista, y compromisos que se han roto continuamente via la extorsión que ha continuado, el robo de armas, uniformes, vehículos, encañonamientos y secuestros, por no mencionar el descubrimiento de escondites repletos de material explosivo. Nadie en su sano juicio consideraría ese un clima correcto para realizar concesiones.
Pero como quiera que el fundamento de un alto el fuego es que con violencia no se puede llegar a acuerdo alguno, ya que una parte soporta la presión de las bombas, los tiros en la nuca, etc, la otra no obedece norma alguna, el hecho de iniciar una nueva campaña de atentados en una supuesta negociación no puede ser la justificación de ésta pues va contra el hecho primero que generó el primer «alto el fuego». Creo más bien que se trata de un comunicado destinado a ganar algo de tiempo y sembrar un poco de desconcierto. La intención real es reiniciar de nuevo los atentados de forma total y escudarse ante la opinión de los suyos propios para decir (porque los que les apoyan son un poco escasos, todo hay que decirlo) que el fracaso «no es culpa suya». Porque no olvidemos que con esta actitud de los terroristas se frustran las esperanzas de muchas familias de presos y presos que veían también ellos un poco de luz al final de túnel. En definitiva,
el comunicado no está realmente destinado a los ciudadanos españoles y al gobierno, sino a sus cada vez más reducido apoyo social. Es la forma que tiene una banda asesina de mentirse a si misma y a los suyos y negar su propia cobardía. Ni siquiera podemos creer que exista una fuerte disensión en la banda, que existir existe; siempre ha existido, pero siempre los más violentos ganan en esas luchas internas periódicas. Sólo es cuestión de tiempo y reclutamiento.
Los ciudadanos y los políticos no podemos por lo tanto caer en la trampa de iniciar una lucha intestina que confiera crédito en algo a ese comunicado ya que no está destinado para nosotros más que como globo sonda de si se logra algo más de disensión al aludir a los compromisos del gobierno. Esa desunión que nos caracteriza es la única fuerza y esperanza de una banda criminal condenada a desaparcer haciendo más daño que nunca.