En los últimos días se están escuchando cada vez más noticias arremetiendo de nuevo contra el uso de las redes de pares, P2P, eMules, etc.
Las declaraciones son viejas conocidas que han sido rebatidas hasta la nausea desde hace como unos tres o cinco años.
– Compartir contenidos en Internet (con copyright, algo que no siempre se dice) es igual a robar en una tienda física
– Hay que concienciar a la gente que compartir es malo, ileagal y acaba con la cultura
– Las compañías de comunicaciones tienen que parar todo eso
– La banda ancha se usa sólo para descargar todo lo que se pueda
– Cada contenido descargado sin pagar es un contenido menos que se vende.
– Con el todo gratis los autores se mueren de hambre, no crearán y la cultura morirá
Existen cientos de argumentos contra la pura propaganda que tan bien han aprendido los políticos de líderes de triste recuerdo que no vamos a mencionar. Los argumentos rebaten punto por punto todo lo que afirman.
– Compartir contenidos no equivale a robar. No importa las veces que lo repitan, la copia digital sólo pone en evidencia que vender contenidos por el mero hecho de vender contenidos no es un modelo de negocio válido en la era digital. Cuando copias un contenido de alguien, ese alguien no deja de tener el contenido, es eso de ser una copia ¿Acaso lo ignoran? No, no lo ignoran. No lo dicen porque en «propaganda» una de las reglas esenciales es no decir toda la verdad.
Existe abundancia de contenidos, ahora de lo que hay escasez es de atención. El futuro de modelo de negocio será ofrecer los contenidos gratis y vender servicios de calidad asociados o productos indirectos.
– El punto de concienciar es en realidad adoctrinar en la religión del copyright, que exige fe, credulidad, creer en algo no sólo sin evidencia, sino con toda lógica y sentido común apuntando en sentido opuesto.
– Las compañías de comunicaciones tendrán que tener mucho cuidado si pretenden seguir el modelo fascista de Sarkozy y Gordon Brown para espiar y desconectar del acceso a Internet a los ciudadanos. Los ciudadanos cada día somos un poco menos manipulables. Además cada vez la gente aporta más contenidos y pronto será más lo que aportemos que lo descarguemos.
– Cada contenido que se descarga no es una venta menos. Es un contenido que se descarga y los estudios, los de verdad independientes, no los de ciertas compañias financiadas por entidades de gestión, no sólo no encuentran relación, sino que a menudo las descargas gratuitas generan más consumo en otras áreas de las que se lucran los artistas. Eso sí, tiene que haber calidad. No vale cualquier cosa.
– Con las descargas gratuitas primará la calidad al puro entretenimiento. Unos podrán vivir de ello, otros no. Nada obliga a que alguien que se diga artista tenga por defecto la renta garantizada. Ojalá todos pudieramos hacer eso. Las palabras no valen, valen los hechos. Lo cierto es que con la era digital y la socialización de los métodos de creación y distribución, la balanza se inclina de parte de la creatividad real, no la pretendida.
Lo importante es que ahora los políticos empiezan con la propaganda de Sarkozy, solicitada por FNAC Francia, de cortar las conexiones a los ciudadanos. Lo van a repetir hasta la saciedad y yo digo que en las próximas elecciones, todo político que no se posicione clara y contundentemente contra ese tipo de medidas no reciba votos de los Internautas. Hay mucho en juego, porque ese modelo de corte de conexiones y espionaje de ciudadanos al puro estilo 1984 es fascista. Y no queremos más fascismos.
Ahora que sabemos que el enemigo son los políticos vendidos a intereses y que nos mienten… ¿qué es lo que realmente temen? Sencillo: Temen que la gente deje de consumir los contenidos «profesionales» porque cada vez más gente «amater» crea contenidos de mayor calidad. En no muchos años gracias a samplings, creaciones originales, licencias libres, registros online, nuevos modelos de negocio, acceso y estudio de contenidos de calidad, lo amater superará (ya lo hace a menudo) a los modelos profesionales. Cuando además este tipo de contenidos retribuyan económicamente a los creadores mediante micropagos, el final del imperio de la manipulación de los contenidos encotrará su puntilla final. Las grandes distribuidoras, no los autores, son las que deberían tener miedo. De hecho son las que adoctrinan a los autores para que den la cara por ellos.
Si los políticos e industrias no cambian ahora, luego ya no podrán hacerlo. Yo sé que lo saben, porque muchas industrias me lo han dicho, pero prefieren que alguien más pequeño haga el modelo antes para luego copiarlo, plagiarlo, o como mejor prefiero decirlo, para piratearlo.
Muy bueno Mario. Poco tengo que añadir. Se les escapa el monopolio (incluido el agotamiento de la payola) y tanto los creadores como los usuarios disponemos de medios suficientes para difundir nuestra creación.
El derecho a la libertad de creación y su difusión (que no podrá ser coartada por ningún medio) está en la Constitución, es un derecho fundamental. Lo que me parece asombroso es que nadie se haya sustentado en este derecho para defender las nuevas tecnologías y creo que ya va siendo hora.