«En la era digital los creadores y distribuidores de contenidos nos hemos convertido en consumidores de la atención de nuestros usuarios.»
De alguna manera el modelo de negocio ha cambiado y es más importante fidelizar y hacer lo necesario para ofrecer nuestros contenidos que exigir que nos rindan pleitesía bajo el dogma de los incuestionados derechos de los autores.
La atención de los ciudadanos es escasa y la cantidad de contenidos es inmensa. O empezamos a cambiar de mentalidad, cosa que implica humildad, o los negocios nuevos que se creen para aprovechar esta explosión de creatividad fracasarán.