A raíz de un comentario que he escrito en Meneame:
En su día Spotify me pareció un sistema muy interesante y lo recomendé. Pasado un tiempo y tras analizarlo con detenimiento dejé de usarlo y explico el motivo de ésto:
1.- El sistema, todo hay que conocerlo, está financiado en parte por los mismos inversores que invierten en las discográficas en un complejo entramado de royalties. En pocas palabras, los mismos que requieren pagos grandes por la música son los que tienen en su mano la financiación del portal que pagar paga (¿con el mismo dinero que ellos le dan?), pero perder, pierde (¿podría ser la escusa de la industria para decir que el sistema no funciona?). techcrunch.com/2009/08/07/this-is-quite-possibly-the-spotify-cap-table/ Ojo, no digo que esta situación tenga que ser mala necesariamente, pero es al menos interesante y reveladora. Habría mucho que interpretar de qué está pasando. ¿No es curioso que la misma industria que demanda a personas por cientos de miles de dólares esté detrás de Spotify mientras sigue demandando? ¿Sabéis que en el reciente juicio contra ThePirateBay uno de los fundadores de Spotify iba a testificar contra ThePirateBay?
2.- Apuesta por el DRM y la nube. Dejemos las cosas claras, personalmente aborrezco el DRM e intento estar lo más lejos posible de contenidos con estos sistemas pues los considero perniciosos para los contenidos. Al mismo tiempo adoro el concepto de «cloud» no en vano la empresa en la que trabajo se basa en la nube, pero seamos francos, lo que está en la «nube» es frágil y puede desaparecer. Spotify no es un napster, no es un p2p, no tienes copias de los contenidos, no puedes acceder siempre. Podrás acceder mientras pagues y el catálogo disponible estará en tanto alguien decida que esté y ese que decide, no eres tú. Si aceptamos que es un servicio, perfecto, pero que nadie se lleve a sorpresas cuando pasen cosas estilo Amazon con Rebelión en la Granja y 1984. La nube está bien, pero estará mejor cuando podamos tener todos un poco de un backup general de lo que por ahí discurre. Por otro lado creo que el DRM es aborrecible y es la principal apuesta de Spotify.
3.- Publicidad y DRM, mala combinación. Algo que revela mucho de lo que hay detrás de Spotify se puede probar con un Mac, o al menos se podía probar antes, desconozco si habrá cambiado. En la cuenta gratuita, si bajabas el volumen para no escuchar por trigesimo tercera vez el anuncio de cambiarte a la compañía telefónica que hubiera pagado (sin segmentar ni nada parecido la publicidad que te imponen escuchar), el sistema detenía la reproducción de la publicidad, para ponerla desde donde la hubieras atenuado para que escuches el anuncio sí o sí. A muchos puede que esto no le moleste, pero a mi mucho. No sólo porque hasta ahora se suponía que podíamos evitar la publicidad, por ejemplo de la TV aprovechando para ir al baño (¿os imagináis que el anuncio os espere a vuestra vuelta del baño o de sacar la basura?), sino porque dijo mucho de la nula capacidad de análisis y el efecto negativo que la publicidad no deseada, spam, tiene en la gente que se ve forzada a escucharla. Muchos dirán que bueno, es una empresa y nadie te obliga a usar sus servicios. Bien, por eso no los uso, pero creo que se valora muy poco el tiempo valioso que dedicamos a darles información de uso, preferencias y recomendación. Eso ya es otra batalla, supongo.
En fin, en realidad ocurre que casi toda la música que me gusta la compré hace años. La tengo y para descubrimientos casuales existen muchas otras herramientas en mi opinión mejores que prefiero usar.
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