El primero, pero no último, intento de colar la Ley Biden (aka Sinde) por la puerta de atrás ha fracasado y algunos artistas han arremetido contra todo y contra todos con los mismos gastados argumentos, mejor dicho falacias, de siempre.
Pero para que quede claro una vez más y esperando que sean capaces de leer la discrepancia: la ley Biden, como prefiero llamarla yo, ya que es fruto de una orden directa del gobierno de los EEUU, no hace las webs de «enlaces» ilegales, no, sólo las cierra. Lo cierto es que por ahora los juicios contra este tipo de páginas han concluido que tales páginas no son ilegales. ¿Y qué significa eso? Que la ley Biden sólo persigue cerrar webs de forma administrativa, webs que de recurrir acabarán de nuevo abiertas, años después, debiendo pagar el Estado una importante indemnización que ¿adivinan de dónde saldrá el dinero? Sí, de nuestros impuestos.
En el fondo es lo de menos. Si muchos nos hemos posicionado contra esta «ley made in USA» es por vulnerar el estado de derecho, por quitar a los jueces del fondo de un asunto que si es legal, es legal. Eso debería preocupar especialmente a todos los creadores y artistas. Los demócratas, los defensores de la libertad debemos estar muy preocupados ante tamañas pretensiones de nuestros políticos que se han vendido a las industrias de intermediación obsoletas de los EEUU.
Enlazar no es un delito si los contenidos no son dañinos, aunque dicho esto, uno cabría preguntarse si ciertas canciones y películas no deberían considerarse dañinas, lo cierto es que muchos de los que tanto gritan ahora y acusan, son precisamente aquellos cuyos contenidos menos se comparten, menos se copian, menos se enlazan y eso también debería preocuparles.
Pero difícilmente enlazar o descargar es igual a robar. Una descarga no equivale siguiera a una venta perdida como se ha demostrado una y otra vez. En todo caso esta nueva forma de acceder a los contenidos es un síntoma de que ya va siendo hora para adaptar el modelo de negocio. Si ellos siguen defendiendo un modelo tradicional de distribución analógica en pleno inicio de la era digital tienen un problema y los únicos culpables son ellos, son las distribuidoras, son las productoras. Si están perdiendo ventas y posibilidades de ventas es por su culpa exclusiva y que no intenten culpar a otros. El modelo ya ha cambiado y va a seguir moviéndose estén incluidos en el cambio o no lo estén. Es más, de hecho a escala general la industria del entretenimiento está vendiendo más que nunca. Algunos, cuando ya la gente no quiere comprar CDs o DVDs, pierden, pero otros más listos, ganan más.
Pero muchos «artistas» y «autores» deberían saber que si alguien les está robando son en realidad todas esas entidades, asociaciones y grupos que les dicen que están perdiendo dinero por culpa de la gente que quiere verles y/o escucharles del «todo gratis» (falacia de la propia industria) ¿no es absurdo si se piensa un poco? Esos grupos de presión, en lugar de buscar nuevas formas de tener presencia en la revolución digital, pierden el tiempo presionando para crear legislaciones censoras y absurdas que criminalizan al ciudadano y lo que es peor, abren vías de futura censura y destrucción aún más efectiva de libertades realmente fundamentales. Por cierto, que son estas mismas industrias las que roban del dominio público al presionar para extender los términos de protección y eso afecta especialmente a los creadores y artistas pues no pueden crear a partir de lo que debería volver a la sociedad tras el monopolio.
Siempre me han preocupado esas personas que llaman ladrones a las personas que desean tener los contenidos que crean. Me parece muy triste y miope por su parte. En lugar de tomar ventaja, que podrían, de la distribución personal digital, se empeñan en insultar y crear leyes peligrosas y fascistas y luego se extrañan de que la gente les tome antipatía. Lo raro sería otra cosa.
Les invito además a preguntarse ciertas cuestiones relevantes y que nada tienen que ver el despropósito antidemocrático de la ley Biden: ¿No será que no venden en gran parte porque la gente ni siquiera desea bajarse ni gratis lo que hacen? ¿No será que hay muchos más contenidos disponibles y sin limitación y sin voceros que les llamen criminales por hacerlo, más bien al contrario gente que desea que se comparta lo que crean? ¿No tendrá algo que ver la crisis en la que los especuladores de todo pelaje, incluidos de ciertas industrias del entretenimiento han creado? ¿No será que lo subvencionado con nuestros impuestos debería ser nuestro también sin tener que pasar por caja una y otra vez? ¿Cómo es que como otros ejemplos que conocemos subvencionan las pérdidas, pero nunca las ganancias?
No señores Bardems y Sanzs. Piensen primero si «todo vale» para mantener un modelo de negocio que no quiere activamente adaptarse a la realidad. Piensen si es justo que se eleve a derecho fundamental un negocio obsoleto. Pero sobre todo, dejen de insultar y busquen alguna forma de reconciliarse con la gente a la que han insultado hasta la nausea.
Deberías hacérselo llegar. Aquí va mi firma.
A mí me sigue indignando que gente que en su momento apostaron por un ensanchamiento de aperturas mentales demuestren tan poca inteligencia en estos momentos. Inseguridad pura y dura. será que no venden, efectivamente, pero no por las descargas precisamente.
Se han vuelto tan hipócritas como aquellos que combatieron, y no se dan cuenta de que su propio prestigio personal se queda en bragas con manifestaciones de este tipo.
Pero allá ellos.