Que quede claro que no he visto la entrevista de Buenfuente, ni el más mínimo interés en verla. Ocurre que ver a la Sra. Gonzalez Sinde me causa ardor de estómago. Sólo he leído cosas por ahí pero a raíz de este artículo de Buenafuente y esta acertada respuesta quiero puntualizar unas cosas muy sencillas que todos deberíamos entender:
– Que no existe equilibrio en el copyright, desde hace muchos años. El copyright se creó en un segundo paso como sistema para fomentar la creación dando un monopolio temporal a los autores y protegerse así de la piratería, la auténtica, la de los editores y en definitiva aquellos que tenían los medios y recursos para usar comercialmente sus obras. El incentivo del copyright era cubrir las necesidades de los creadores para crear, pero se ha distorsionado tanto esto, que ya no tiene ningún sentido salvo para que grandes corporaciones puedan tener muchos aviones privados y desfavorece de forma alarmante a la gente en general, y también, porqué no, a los creadores, privados de usar las obras contemporáneas para crear a partir del domino público.
– Que sí, que hay que luchar contra la piratería, pero la de verdad, no la inventada o falsamente llamada como tal. Un ejemplo por el cual no veo a nuestro gobierno hacer nada, y que afecta a los creadores de forma alarmante, es la propuesta de extensión del copyright sobre grabaciones sonoras de los 50 a los 70 años.
– Que la denominada Ley Sinde es una aberración legal y un atentado al estado de derecho. No se puede ser neutral cuando lo que ocurre es que se quita de entrar en el fondo de si algo es ilegal o no a los jueces, y me refiero a que las páginas de enlaces por activa y pasiva están siendo declaradas legales por los jueces. Aquí hay que trazar una línea y no vale estar en la mitad.
– Que el «todo gratis» es una falacia de parte de la industria. Sabemos que «todo gratis» es imposible y por eso pagamos de formas variadas, como con atención, conciertos, ediciones especiales, fidelidad. Es más, nada sustenta que el modelo de negocio actual sea válido y no pueda sustituirse por otro por el cual los ingresos vengan de otras vías, indirectas en muchos casos, como las citadas.
– Sí a la pedagogía, pero no al adoctrinamiento, que son cosas distintas. El copyright debe ser cuestionado hasta sus cimientos y eso no se hace. Y no será porque muchos ciudadanos, abogados y jueces no hayan explicado lo que ocurre, es que simplemente gobierno y parte de la industria hace oídos sordos. Y eso, es un grave problema.