Hace unos días se dio máximo bombo y platillo en todos los medios a una información de un informe devastador que presentó la «Coalición de Creadores» (un lobby de industrias de intermediarios del entretenimiento) sobre los efectos del intercambio de archivos en Internet.
Los periodistas no cuestionaron, al parecer, los informes y publicaron los titulares sin más análisis. En el análisis faltaba precisamente contrastar el propio informe.
Cuando uno accede al informe (con todos los derechos reservados, luego podría ser ilícito descargarlo) ve que falta algo, los datos en los que se basa. Es normal, ya que es un informe de conclusiones, de grandes cifras encargada por un grupo de presión a una empresa privada. Pero en general no existe, al parecer, un análisis independiente de los datos y preguntas que se hicieron para obtener éstos.
Lo solicité de inmediato a la empresa IDC que me remitió a Javier Solis, responsable de comunicación de «La Coalición». No he obtenido respuesta alguna.
No es de extrañar, supongo que si han mirado mi blog habrán visto que soy muy crítico con sus análisis, pero no les engañé en mi petición. Sería riguroso en el análisis, y si había que admitir que existe algo de cierto en las conclusiones lo haría, otra cosa ya sería la interpretación que se pueda hacer de eso, pero eso ya es más personal, entiendo.
Así que sin un análisis independiente y contrastable de los datos sólo puedo concluir que dicho informe no se puede ni debe tener en cuenta y que sería bueno que los periodistas dedicaran algo de tiempo a analizar bien la información y evitar así el convertirse en meros portavoces de conclusiones posiblemente sesgadas, que por otro lado no se sostienen ante otros análisis sobre las mismas cuestiones.
A mi también me pasó algo parecido, pero obtuve respuesta de una de sus trabajadoras Fabiola García que por lo menos se dignó a responder a mis emails.
En fin, la Coalición sigue en su particular guerra contra todo aquel que no piense como la Coalición.
Saludos Mario.
pd: La guía, cuando la miré por primera vez creí por unos segundos (susto desagradable me llevé) que era la promoción de una web de pederastras poniendo fotos de niños y adolescentes. Patético el marqueting tercermundista usado por esa agencia que hizo el trabajo de encargo por la Coalición.
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