Esa mardita copia privada

Como un gato de dibujos animados, el lobby de parte de los intermediarios de la industria del entretenimiento se cree que se ha vuelvo a salir con la suya para cazar a esa «mardita copia privada«, sólo para que al final, como siempre, la obstinada realidad científica haga que la ilusión se les escape de las manos.

Olga

En su afán psicopático por eludir la realidad, y adaptarse a lo digital, eso de que se pueden hacer infinitas copias a coste marginal y distribuirlas casi sin límites que no sean los de la ofuscación mental que prodigan, buscaban una definición de «copia privada» lo más alejada posible del modelo original que existía sin que se le tenga forzosamente que llamar de otra manera. La «copia privada», no obstante, se convierte en un mal chiste, en uno más de la larga lista de eufemismos made in Pp, PsoE, CiU para negar lo evidente. Crean, de esta manera, una criminalización absurda y estúpida de lo que es una actividad no sólo normal y lógica, sino incluso beneficiosa. Ahora llamarán pirata al que, adquiriéndoles una copia de una obra, la copie a un amigo o conocido. La copia privada, por lo tanto, sólo puede ser para uso personal. Entonces ¿porqué se llama copia privada?

No lo es: No es copia privada, es copia personal.

La copia privada era para el entorno privado de aquel que había accedido a una obra de forma lícita. Eso incluye a los amigos, a los familiares. Si eso no es privado, nada más lo es. Y si es personal, no hay daño posible, no hay justificación para compensación posible. No hay copia privada. Un derecho menos a sumar a otros que se han cargado durante los últimos años. Plas, plas, plas. Enhorabuena. En su obsesión por superar su propia incompetencia, se han vuelto a superar. Oigan, que no era un reto cuando decíamos que era difícil superarse. No, si ya sabíamos que lo lograrían si se lo proponen. Lo hacen a diario, a cada minuto. A cada segundo.

Un nuevo esperpento, una nueva imbecilidad que servirá para nada más que reafirmar que el modelo caduco de «todos los derechos reservados» no cabe en el futuro digital. En última instancia será inviable y perjudicial para la cultura. Es un nuevo ataque violento al sentido común, a la sensatez y a la inteligencia de muchos ciudadanos, que no todos a juzgar por cómo votan demasiados.

Sólo lo llaman copia privada, aunque ya no lo es, únicamente como justificación disparatada para recibir esa compensación por el supuesto cese de ingresos por copia de privada, nunca científicamente demostrado por cierto. ¿O es que en su aparente evolución justifican que adoptemos el modelo anglosajón que incluso en ese mundo están abandonando? En el fondo lo que hacen ahora es ponernos al nivel de esos países donde lo que aquí nos van a tolerar es exactamente lo que toleran allí, sólo que son más honestos y no lo llaman copia privada, y no hay, en consecuencia, compensación alguna a esas entidades que tan poco han hecho realmente por mejorar la situación de los artistas, auténticos paganos de una situación absurda.

Hace tiempo que algunos hemos optado por dejar de alimentar a la bestia ¿no quieres que tus contenido se copien? Pues así sea. Pasamos al siguiente de los millones de contenidos cuyos autores sí desean se compartan. Ahora lo único que tienen que hacer es prohibir que los que queremos que nuestros contenidos se copien, lo hagamos. Ánimo, que seguro se superan con la próxima reforma.

Esperen y verán.

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