Creo que ya ha sido dicho casi todo pero no quiero dejar sin expresar unas pocas líneas en mi humilde blog sobre la situación a la que Marruecos ha llevado a Aminetu Haidar actualmente en huelga de hambre.
El Sahara es uno de mis sueños, uno de esos sitios que quiero ver algún día y hace poco tuve la suerte de compartir mi hogar con Bachir, un refugiado en el Aiun, allí donde quiere volver Haidar tras haber sido expulsada por Marruecos. El Aiun, un lugar vacío y sin nada ¿sin nada? No. Hay gente, hay niños y hay mucho que hacer.
Haidar es la persona que muestra la vergüenza de las naciones y uno de esos símbolos últimos y raros de la lucha pacífica por la justicia, la libertad y la verdad.
Y lo cierto es que la necesitamos viva. Porque si muere será noticia unos días para luego engrosar esa abultada lista de personajes que intentaron cambiar algo y la muerte vino prematura y traidora.
Pero lo más importante es que se debe a sus hijos y por eso tiene que seguir viviendo y seguir luchando y alzando la voz. Como ciudadano que tiene todavía la posibilidad de escribir, escribiré sobre ésta y otras injusticias: pero Aminetu te pido que sigas viviendo. Mira hacia delante y no seas un simple nombre de alguien que ha muerte por una causa aconsejada por los que no optan por tu mismo camino.
Puedes mirar bien alto pues has logrado más de lo que muchos lograrán y podrás seguir siendo civilmente desobediente, pero no a costa del sufrimiento de tus niños. Eso es lo más importante porque si mueres sólo serás un arma arrojadiza durante un tiempo y una escusa para que lo insensatos violentos tomen las armas y los totalitarios sigan haciendo lo único que saben hacer.