Me ha llegado esto: http://www.theborderlinemusic.com/boletin%20jcoll09oct-1.htm. Se trata de un proyecto llamado RedPoints y éstas son mis primeras impresiones sin conocer todavía muy en profundidad cómo funciona, pero que quería compartir con vosotros:
Yo diría que a priori suena bien. Me parece una idea bastante buena salvo por los matices con los que no estoy de acuerdo de calificar de nuevo como piratería algo que honestamente creo que no es en todos los casos. Dejando eso a parte realmente parece que atacan directamente a la propia posibilidad de descarga de contenidos… sin atacar a los usuarios pero ¿es cierto que no atacan a los usuarios? o….
… ¿es realmente ésta la mejor opción? Para los creadores digo.
Creo que no ¿porqué? Por la teoría de la escasez de atención.
Cada vez hay más y más contenidos, ya sean duplicados, nuevos, alternativos y una combinación de todos estos. Cada vez la gente pasa menos tiempo prestando atención a dichos contenidos.
La gente consume por Internet sin pararse a mirar la procedencia legal, legítima, ética o moral de éstos. La gente… ¡quiere contenidos y tiene donde elegir! De hecho tiene demasiados. Lo que algunos llaman cibernautas no son sino ciudadanos, personas, usuarios, clientes potenciales.
Si consigues que tu contenido acapare la atención de la gente en la forma que sea tendrías que sentirte como mínimo satisfecho. Tienes un producto de calidad. Un producto estrella.
Creo que una frase de la web es suficientemente ilustrativa y muestra inequívoca del error de base que se mantiene: «Queremos estar preparados para el futuro con antelación y mantener nuestros modelos de negocio hasta que el mercado online madure» (sic). Pero… ¡un momento! ¿Qué sentido tiene esto? ¿Hasta que madure hay que mantener un modelo que se ha probado agotado? ?¿Cómo va a madurar pues el modelo de negocio digital si no ofrecen alternativa?
Si no cambias tú no esperes estar ahí cuando otros ya lo han hecho. La realidad es que los modelos ya están ahí, ya están esperando y no podrán adaptarse a tus necesidades de no contar en su haber con los contenidos que se pretenden ahora retirar. Tal vez sea una simple cuestión filosófica, pero es que la industria tradicional ni está ni se le espera. Esa es la clave. Sin un diálogo abierto, sin prejuicios, sin analizar la realidad física, científica, sin contar con su presencia real y honesta es imposible avanzar en un entorno que cambia de mes a mes, incluso de semana a semana.
Como mucho se quedarán en casa viendo como la cada vez más creciente producción alternativa de calidad copa los nichos que hubieran podido ocupar de no haber estado totalmente paralizados por el terror al cambio.
Puede que logren frenar algo, pero será de nuevo como tratar un síntoma sin curar la enfermedad. Tal vez desaparezcan algunos enlaces públicos (300 páginas al día es una gota en el grandísimo oceano que se expande de Internet), y no harán otra cosa que fomentar algún otro viejo modelo de intercambio entre privados perdiendo la oportunidad clave de realmente lograr atajar el problema viendolo no como un problema de los ciudadanos, sino como un problema endémico de modelos de negocio de los siglos XIX o XX. Ver Internet como un problema es el principal error. Internet debería ser no sólo una oportunidad, sino la oportunidad.
Leo más bien que redpoints.es se basa de nuevo en la persecución de los servicios de descarga web por tácticas de amedrentamiento legal. Estupendo pero ¿puede ser eficaz si no se ofrece una una alternativa para lograr el consumo de esos contenidos? A juzgar por la frase citada más arriba no hay intención de dar a los ciudadanos lo que éstos quieren. ¿Realmente creemos que la gente al no encontrar los enlaces de descarga no va a buscar otras posibilidades o somos tan ingénuos como para creer que ahora sí van a comprar CDs o van a ir más al cine? Si la respuesta es sí es que o bien no entendemos Internet o ya va siendo necesario cambiar de asesores tecnológicos.
No, el modelo de negocio de los CDs, de venta de DVDs o ir al cine queda reservado a una forma de ver los contenidos como objetos de coleccionismo. La mínima dificultad técnica no va a impulsar a los internautas a levantarse del sillón para ir a comprar a las tiendas del barrio que ya cerraron las cifras erradas equivalentes a las descargas que se dejen de hacer, y tampoco van a llevar a la gente en masa a abarrotar las grandes superficies reclamando que les cobren por los contenidos retirados. No. Van a buscar otros contenidos y otras formas de seguir haciendo lo que hacían pero sin que nadie se entere. La situación se volverá más críptica y entonces sí tendremos un problema.
Perdemos el foco y no aprovechamos la oportunidad presente de conocer qué quiere la gente, de qué manera y cómo. El futuro no pasa por dificultar que nos vean, sino al contrario por fomentar que nos vean; recabar información de éste hecho y ser nosotros los primeros en ofrecer nuestros propios contenidos de esa manera y mejor que los demás. Esa es la clave para poder tener esa pequeña cuota de mercado que otros en nuestro lugar van llevarse si es que no lo están haciendo ya.
Lo que se llama piratería en la Red no es sino la nueva forma que han escogido nuestros usuarios para obtener los contenidos que la industria no quiere ofrecerles de forma coherente con la realidad digital, la realidad al fin y al cabo. Es el modelo a seguir y con el que competir dejando a un lado la paranoia y el terror. Tal vez los que deban levantarse del sillón sean los representantes de una industria basada en un modelo de negocio moribundo y caduco.
Cada segundo que pasa es un segundo de oportunidad perdida.