De mi anecdotario personal.
Recuerdo que hace unos años, creo que fue sobre 1992 ó 93 tuve que comprar un ordenador, en concreto un 486 con 8Mb de RAM. Como es habitual en mí, cuando me dispuse a comprar el equipo me compré un montón de revistas y pedí una miriada de presupuestos para disponer de la mayor cantidad de información posible y hacer así la mejor adquisición posible.
Recuerdo que entre los extras que se ofrecían para los equipos había unas pequeñas cajas que se llamaban «MODEM» . Cuando preguntaba por el precio de dicho dispositivo y por su utilidad me comentaban que era para conectarse a Internet. En aquel tiempo, he de admitirlo, no tenía mucha idea de Internet y de hecho mi concepto de redes se limitaba a las locales, que no eran especialmente atractivas visualmente hablando. Me explicaban que Internet era un entorno al que se podía acceder por línea telefónica y se podían ver cosas que otras personas o empresas habían escrito. Recuerdo con cierta gracia que si bien no sé si lo dije en voz alta, seguro que sí pensé que eso de Internet no era útil o necesario. Que tenía toda la pinta de ser una moda pasajera ¿para qué querrías tener algo así? Así que ante el sobreprecio del modem opté sencillamente por no comprarlo. Esa decisión sola hizo que mis primeros pasos en Internet los fuera a dar muchos años después, practicamente después del estallido de la burbuja de las .com.
También recuerdo que durante unos pocos años no eché de menos Internet, sobre todo porque no sabía lo que era, así que no era fácil echar de menos algo que no has tenido nunca, pero sí creo que ese recuerdo me sirve para contextualizar los prejuicios que solemos tener sobre las novedades que van surgiendo. Es cierto que muchas veces no somos capaces de ver o intuir siquiera el potencial de algo por evidente que sea para otros.
En otras palabras, estamos desprotegidos en nuestra capacidad de ver lo que puede o no ser un éxito en el futuro. Este problema se agrava con el tiempo, pues la tecnología y las tendencias cambian en cuestión de meses e incluso semanas.
Tiene su cierta ironía que hoy esté trabajando para la industria de Internet y que de hecho esté desarrollando un spin off de mi actual trabajo que supone una forma disruptiva de enfocar el acercamiento a la cultura.
Analizar con cierta perspectiva nuestros errores pasados, como en mi caso pensar que Internet era una moda pasajera, nos ayuda a poner los pies en el suelo y darnos cuenta de nuestra vulnerabilidad absoluta ante lo que tenga que venir.
Si alguien tiene una experiencia similar, que no dude en comentar. Por cierto que en su día consideré a los laser discs como una tecnología ganadora 😀