Entre los principales desafíos a los que se enfrentan las empresas está uno que reside en la propia empresa; la tendencia a intentar hacer más de lo que se suponía se quería hacer al principio. Intentar abarcar más de lo que se abarca puede ser un error en muchos casos.
Esto no significa que no haya que innovar y añadir características nuevas, pero sí que esas características ayuden realmente a potenciar el propósito de la empresa en lugar de consumir recursos en otros aspectos para los que existe otra competencia que lo hace mejor ya que es su propio foco de atención.
Además a nivel de innovación se puede innovar para mejorar o cambiar la forma en la que nos aproximamos a nuestro objetivo. En pocas palabras haz una cosa, pero hazla bien. Haz cosas nuevas basadas en eso que sabes hacer bien y añade valor potenciando tu objetivo empresarial.
En líneas generales lo aconsejable es en cualquier caso, si se quiere añadir algo complejo a nuestra empresa, buscar aquellos que sean los mejores en ese campo y buscar una alianza en la que ambos proyectos ganen. Eliminas posibles roces y competencias que pueden acabar con tus recursos y paciencia y das un servicio complementario mejor a tus usuarios.
Cuando se suma, todos ganan, cuando se resta, todos pierden. Y los primeros que pierden son los usuarios de los proyectos que siendo aliados naturales son incapaces de entenderse por poca predisposición de uno de ellos.