Porqué la gente quiere registrar sus contenidos parte 1

A raíz de un correo que he recibido en Safe Creative planteando varias cuestiones sobre los motivos o la utilidad para registrar contenidos, apunto aquí algunos de los párrafos de mi respuesta por si son de utilidad para alguien:

La primera cuestión va sobre la utilidad de registrar si simplemente poniendo junto al contenido o en la web que algo tiene «todos los derechos reservados» es suficiente:

Mmmm, vamos por partes. De hecho el registro no es obligatorio. Es totalmente opcional. Desde hace muchos años ya no hace falta registrar. Una persona por el hecho de crear algo original ya tiene todos los derechos de monopolio que la ley otorga. Insisto, por el mero hecho de crear una obra. No hace falta ni poner en sitio sello o texto alguno con la mención del copyright. No al menos en las jurisdicciones que nos atañen. Así pues, aunque no pongas nada y publiques, tienes todos los derechos sobre esa obra y te asisten todas las leyes y tratados internacionales sobre el tema.

Entonces tu pregunta tiene más fuerza si cabe ¿para qué registrar? Bueno, que no sea obligatorio no hace que no sea en cierta medida necesario o cuando menos interesante y es debido, en gran parte, a precisamente la enorme proliferación de obras en Internet y los riesgos asociados que citas más abajo.

Porque si bien el registro no es obligatorio, sí que es conveniente por varios motivos:

Lo primero es que se crea una prueba de autoría y se sienta la presunción de autoría (que no autoría confirmada). Es decir, si el autor registra y alguien viene después diciendo que es el autor, se presupone que el primero está en lo cierto y es el segundo el que tiene que demostrar que no es así. Ahora imagina que estamos a la inversa. El plagiador registra y el autor real se da cuenta, pues es el autor quien tendrá que demostrar que él es el autor y el otro es un plagiador. La carga de la prueba la lleva quien no ha registrado.

Lo segundo es el efecto obra huérfana contra lo que luchamos activamente los defensores de la cultura y el conocimiento. El registro normalizado y estandarizado, hacia donde apuntamos, busca crear una enorme base de datos, cosa que recomienda la Comisión Europea, con los contenidos en relación a los autores. En este sentido un registro es un sitio al que acudir para verificar la conexión entre obra y creador. De no existir, este vínculo se debilita con el tiempo hasta ser imposible relacionar obra con autoría. Eso crea las obras huérfanas como los miles de millones que existen ya. Este problema con Internet se agrava a límites que si no se pone coto ahora, será difícil, por no decir imposible, de solucionar en el futuro. Así pues, informar de la autoría no es cuestión baladí o poco importante. Saber quién ha hecho qué es esencial, y no podemos esperar que sean los usuarios los que se esfuercen por establecer el vínculo, deben ser las instituciones, pero sobre todo los autores, quienes hagan el esfuerzo de registrar si quieren preservar su obra y existencia en Internet. La vinculación entre obra y autor es muy importante porque permite que el usuario de la obra pueda interactuar con el autor a través de la obra que admira y viceversa.

Lo tercero no tiene que ver con la limitación de copia, sino la preservación del derecho del dominio público a la copia. No todos los creadores optan por «todos los derechos reservados», pues los hay que optan permitir por defecto algunos usos de sus obras en lo que comúnmente se llama «licencias libres» como Creative Commons por poner un ejemplo. Y lo comento porque de hecho es mi propia motivación principal para registrar y cómo me involucré en este proyecto. Tan malo es que una obra que tiene «todos los derechos reservados» aparezca incorrectamente catalogada como con «creative commons» como lo contrario. Cuando yo registro en Safe Creative mis obras con licencias Creative Commons (CC by-sa principalmente) es precisamente para que exista un sitio que certifique esas obras forman parte activa del «dominio público», siempre hablando en la acepción más amplia del término. Es decir, lo que creo libre, quiero que siga siendo libre y que la gente lo pueda verificar y saber simplemente poniendo el enlace del registro, consultado la BB.DD., etc. El registro siempre permitirá verificar la licencia abierta ante una aparición de una obra mía derivada o literal con una licencia distinta incompatible. Por cierto que para lo opuesto también vale: si alguien crea obras y las publica con todos los derechos reservados y alguien la pone con CC, podrá igualmente combatirlo.

La segunda cuestión va sobre la constatación o percepción de que Internet es un lugar de ilegalidades y trapicheo de contenidos:

No creo que la definición correcta sea esa, ni el problema. De hecho gran parte de los problemas vienen precisamente por no existir sistemas transparentes y amigables que permitan a las personas conocer la autoría y los mecanismos para acreditar las obras e interactuar de forma sencilla. Como todo, y como parte de la realidad cotidiana, Internet sólo potencia digitalmente las virtudes y defectos del mundo analógico. Nada más. Más que «ilegalidades» muchas veces nos vemos ante equivocaciones, errores u omisiones conscientes e inconscientes.

(ver parte 2ª)

Un comentario en “Porqué la gente quiere registrar sus contenidos parte 1

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