La injusticia mundial y el apatismo social

¿Qué tiene que ocurrir para que los ciudadanos actuemos como tales y pongamos freno a las injusticias que vemos, escuchamos y leemos cada día?

Hay una crisis en marcha desde hace muchos años, la crisis del hambre, de la esclavitud, del fanatismo, pero sólo hablamos de crisis cuando es la que los poderosos han programado para reajustar sus posiciones, para maquillar la realidad de las libertades que nos van a seguir arrebatando.

En Italia Berlusconi pretende destrir las universidades, en Francia  y Gran Bretaña, el modelo neofascista de Sarkozy pretende quitar la conexión de Internet a sus ciudadanos por sólo aceptar la realidad del cambio de la propiedad intelectual en detrimento de modelos de negocio suicidas. En España se favorecen los lobbys de presión que mantienen a la cultura en un permanente estado de secuestro y esclavitud y ministros de mal llamada cultura se permiten amenazar a toda la población con lo que califican como «medidas impopulares». ¿Acaso nadie siente vergüenza ajena? ¿Será algo impopular al estilo la guerra de Irak de Bush, Blair y Aznar?

Damos dinero a los banqueros millonarios que han robado y robado sin contemplaciones, vemos como un estafador que ha robado millones de dólares elude la cárcel pagando diez millones mientras que hackers son encarcelados cinco años sin haber robado nada, sólo por demostrar la inseguridad de los paranoicos sistemas de seguridad militares (y probablemente salvandonos de un desastre terrible).

Ciertas clases eclesiásticas inundan a la sociedad con mensajes xenófobos, homófobos y parece que debamos tratarlos con respeto unidireccional.

El fascismo, la imposición, el totalitarismo, la negación de la cultura y conocimiento sólo buscan ofuscarnos, alejarnos de la realidad, que los gobernantes, vendidos, ocultan e ignoran los auténticos problemas de una población que de alguna manera se lo ha buscado. Porque seguimos creyendo que harán algo por nosotros. Les seguimos votando y lo cierto es que esto ya no funciona. Gobiernan al pueblo pero sin el pueblo. Todos sabemos cómo acaban estas historias ¿ o tal vez ya lo hemos olvidado para siempre?.

Es el momento de recordar a los gobiernos que son ellos los que deben temernos y no al revés.

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