Entre el dolor más absoluto, ante la impasible mirada de los poderosos que han sumido en la ruina propiciando la aniquilación de una tierra y la muerte de tantos miles, a veces surge un pequeño rayo de luz. Ojalá hubiera más. Ojalá se pudiera cambiar lo que ha pasado. Ojalá fueramos capaces de aprender la lección y las naciones ricas acaben con la extrema pobreza en el mundo, de nuestros hermanos y amigos que han nacido en las partes más pobres del mundo y se enfrentan al drama de la destrucción más absoluta. Ojalá se conmuevan todos los corazones, pero sobre todo las mentes. Porque tenemos que forzar a nuestros políticos a que las palabras no queden ahí y existan acciones urgentes y masivas para evitar que más seres lo pierdan todo. Absolutamente todo.
Un brindis por la sonrisa de este niño y los que lo han rescatado.