Los conformes

Últimamente se está hablando mucho de los «indignados», del 15m como si fueran por un lado un problema, tal vez un desafío a superar, o algo meramente anecdótico que acabará pasando de largo, como tantas cosas.

Lo cierto es que el problema, si hay alguno grave, no son los que se indignan, sino los que no lo hacen. Me pregunto qué pasa por algunas cabezas cuando escuchan las noticias. ¿Acaso están conformes con los bancos que especulan en un mercado ficticio creando una riqueza de mentira en pro de la acumulación masiva de riqueza real en manos de unos pocos? ¿Les parece bien que esos gestores que llevan a la ruina a miles de pequeños ahorradores y de paso a países enteros sean rescatados? ¿Les salen las cuentas cuando se ve que con una pequeñísima fracción de esos rescates se hubiera acabado con el hambre y la pobreza en el mundo?

Durante cientos de años las ricas y poderosas castas han hecho creer al populacho que su condición puede cambiar y que cualquiera puede llegar a convertirse en muchimillonario que pueda despreciar los beneficios sociales de une estado de derecho condenando a otros al sufrimiento. Pero es que en realidad son muy pocos los que pueden llegar a tener tanto dinero acumulado, y muchos menos los que lo pueden hacer sin vender su alma por el camino.

Ya no podemos pensar que la tormenta pasará y volveremos a estar más o menos como antes, porque esa situación jamás ha sido sostenible ni justa para la mayor parte de los que habitan este planeta. Y ese desequilibrio, fuente de nuestra riqueza aparente, es al mismo tiempo la espada de Damocles que nos atenaza y finalmente rebanará.

Como bien dicen por ahí, todo se cocina en un pequeño planeta. La energía limitada, y los recursos, difíciles de obtener, imponen una verdad incómoda a los todopoderosos especuladores. Al final todo tendrá que reventar, porque no puede ser de otra manera, y tal vez se vacíen las piscinas de algunas mansiones para dar de beber a los que tienen sed.

Estar conforme con la casta política es temerario, es imprudente, es peligroso. Estar conforme con la violencia ejercida por la policía y los ejércitos contra el pueblo es algo que jamás deberíamos haber permitido. La conformidad es la madre de la violencia que se está apoderando de las calles.

Los indignados nos aferramos a nuestro pacifismo mientras llueven balas de goma y pronto de metal.

Un metal forjado por especuladores culpables y aupados por muchos que desde su conformidad legitiman el robo y el expolio del planeta.

¿Quieres expresar tu indignación? ¿Quieres hacer algo por cambiar el mundo pestilente diseñado por ladrones de guante blanco? #nolesvotes, pero sigue luchando y estando furioso.

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