Hace poco estuve en unas conferencias sobre temas tecnológicos en general. En la charla de presentación había varias personas importantes hablando, y cuando hablo de personas importantes me refiero a directores de grandes empresas te tecnología punta, con miles de empleados a su cargo y negocios a nivel internacional También hubo políticos mencionando las virtudes de ellos mismos, sus políticas y la industria que les apoya.

Todo lo que decían era muy interesante y todo eso. Todo iba bien hasta que empezaron cada uno en su turno a intentar hablar en inglés. Y digo intentar, porque lo que es hablar en inglés, lo que para mi significa hablar en inglés, no lo hicieron.

Es una grave situación si se piensa en frio y por desgracia incluso controvertido en un país que se jacta de tener trifulcas lingüisticas en todas sus regiones.
Pero no hablo sólo del inglés, también podría hablar del francés, el alemán y porqué no, del español y todo ello sin mencionar el chino o el japonés.

Hoy en día es cada vez más importante hablar varios idiomas, siendo el inglés el lenguaje de los negocios y de la tecnología por excelencia. Independientemente de las bondades de otras lenguas, el hecho es que para que la empresa española en general tenga éxito de cara al futuro, sea competitiva e innovadora, requiere de que todos los que la componen dominen esta lengua en mayor o menor medida.

Pero así somos aquí. Nos preocupamos de otras cosas mucho más apasionantes derrochar el tiempo innecesariamente.
No deberíamos extrañarnos tanto del ridículo que hacemos en los negocios en tantas ocasiones, ni deberíamos extrañarnos cuando por algo tan absurdo perdamos ocasiones de negocio futuras. Tal vez tengamos que empezar a ser un poco más prácticos y menos apasionados si no queremos perder el tren del futuro.