Se preguntarán el porqué del título de esta noticia que ya tiene un par de días de antigüedad, pues bien, tiene su explicación. Dejen que les cuente una bonita historia.
Yo no estaba presente, pero varias personas me han relatado los eventos y no puedo más que sentirme perplejo.
Al parecer había dos bicicletas de sospechosa y turbadora apariencia candadas a una barandilla de una calle, en un lugar que seguramente entorpecía la circulación de una irrisoria arteria de la ciudad que maneja una densidad de tráfico cercano al un coche a la hora (y eso con suerte) y ocurre que un valiente policía municipal no dudó en poner en riesgo su integridad física y de dedicó durante largo rato a ¡poner multas a las dos bicicletas! La cosa no acabó allí, sino que además, para reafirmar más su valor sin fronteras no dudó en llamar a refuerzos, en concreto a una grúa para llevarse las peligrosas bicicletas.
Y hete aquí que acudió la grúa y entre el gruista y el valiente policía cargaron las dos bicicletas en la grúa y ante una atónita concurrencia se las llevaron.
No se preocupen que no se llevarán los coches aparcados casi amontonados sobre los pasos de cebra, o no detendrán las scooters con escapes libres que atronan desde decenas de kilómetros de distancia aunque sólo vayan a 20 kilómetros por hora, no perseguirán y llevarán ante la justicia las furgonetas que recorren las calles sin parar en un sólo paso de cebra, pase o no pase nadie a unos 300 kilómetros por hora aproximadamente… No. Se dedicarán a confiscar bicicletas.
Así estaremos más seguros ¿verdad?
Fotografía cortesía de Esther Carton Herrán «chaquetadepollo» en : http://www.flickr.com/photos/chaquetadepollo/295797125/
