Hace poco en una reunión que hicimos después de unas conferencias sobre la innovación rentable en la empresa estuvimos hablando de varios conceptos que no suelen ser muy familiares para todas las personas, como que inventar no es sinónimo de innovar. El ejemplo es claro, Edison no inventó la bombilla, ésta se había inventado mucho antes, sino que lo que logró fue que el filamento no se quemara a los pocos segundos o minutos, innovando así y logrando que la fabricación de bombillas fuese rentable.
También estuvimos hablando sobre si solucionar los problemas nos puede, en ocasiones, perder oportunidades de negocio. El ejemplo que se me ocurre ahora es las ley de protección de datos. Al aparecer esta ley han surgido muchas oportunidades de negocios para empresas que asesoran. Un problema, más que necesitar de una solución, da oportunidades de negocio.
Con los sistemas anticopia estamos ante un problema y una posible solución pero ¿no se están perdiendo oportunidades de negocio? Todo depende de la perspectiva, pero pase lo que pasa, quien pierde más oportunidades es la industria del entretenimiento que se empeña en mantener y reinventar estos dispositivos que afectan a sus propios consumidores.
Hasta la fecha se ha demostrado que cualquier sistema de DRM o de prohibición de copia del contenido es inútil y es «roto» en un plazo que oscila entre minutos, días o meses, pero siempre acaba rompiéndose. Esto se debe a un principio muy sencillo. Si puedes ver y escuchar un contenido, puedes copiarlo. No sería igual si no tuvieramos el reproductor (recuerden las famosas películas de espías en las que se luchaba por conseguir las máquinas descodficiadoras de mensajes), pero al vendernos el reproductor y el contenido, nos dan la llave que permite visualizar dicho contenido.
Ahora, sin embargo, se inventan conexiones de virificación a Internet, como si esa supuesta fortaleza del sistema no pudiera ser fácilmente engañado. La cuestión es que se gastan ingentes cantidades de recurso en algo que se promete, no se cumple y encarece un producto más en relación a su más inmediata competencia, el mundo digital y el futuro.
La industria del entretenimiento de manera global no se para a evaluar si existe alguna posibilidad de oportunidad de negocio, incluso reconociendo ya que no existe una solución a que sus clientes copien los contenidos.
Sin embargo existen oportunidades de negocio. Basta con imaginar el potencial que podría representar, de cara a la distribución, por ejemplo, de poder usar protocolos de intercambio privados de los P2P en lugar de los mecanismos clásicos que se han empleado hasta ahora. O el potencial informativo que se podría obtener de los espectadores de modo inmediato maviso, de cara a futuras campañas o producciones.
Se trata de aceptar lo inevitable, mandar de paso al paro a unos cantos diseñadores de DRMs y empezar a pensar qué beneficio puede surgir de interactuar con la gente en lugar de luchar contra los propios clientes. Se trata, en definitiva, de empezar a formular las preguntas correctas que son: ¿Necesito tener tantos distribuidores o puedo lograr distribuir mis películas y la publicidad que pueda contratar en ellas de manera cercada a cero? ¿Puedo saber qué le gusta más a la gente para saber qué hacer y tener mayor y mejor acogida? ¿Puedo lograr que la gente me aporte potencial creativo en las próximas películas que hagamos?
Para esas y muchas más preguntas que se hagan hay que mostrarse abierto, olvidarse de condenar a las llamas eternas a los clientes, hay que escucharles y darles, no sólo lo que piden, sino lo que ya se puede ofrecer a muy buen precio. Estamos en la era en la que la fidelización es esencial, ya que la cantidad de información que existe es tan brutal, que lo difícil es lograr que te sean fieles.
Si las nuevas plataformas de entretenimiento digital, como HD-DVD, Blu-ray o EVD se obcecan en sistemas anticopia antes que en ofrecer lo que la gente quiere, acabarán irremediablemente fracasando en su propósito. Ahora es la ocasión perfecta para darse cuenta que millones de personas copiando y compartiendo privadamente material digital es una oportunidad, no un problema. Aquel que lo sepa ver el primero ganará, no sólo dinero, sino el favor del público; su atención, lo verdaderamente escaso.
Es lo mismo que ha pasado con la música, creo que hay por ahí una entrevista del ínclito sr Farré en la que venía a decir que el mp3 era una moda pasajera… mientras tanto Apple vendía Ipods como churros, así mientras unos lloran otros cuentan billetes.
Ese es un gran ejemplo. Todo el mundo escucha mp3 ¿Es solución crear un nuevo sistema de audio gastar una pasta en marketing para derrotar al mp3? No. Lo que hizo Apple fue aprovechar la oportunidad de vender iPods por millones.
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